No mascotas
Paula recibe una carta que lleva tiempo esperando. Le informa de que le han concedido el trabajo por el que lleva luchando y formándose toda su vida. Para ello debe mudarse de ciudad. El problema surge cuando al buscar piso de alquiler, se encuentra con que todos los anuncios rechazan inquilinos que tengan mascotas. Paula se encuentra abocada a tener que elegir entre el trabajo que lleva toda su vida esperando o lo que más quiere y considera su familia, su perro, Pepe.